lunes, 4 de agosto de 2014

El Milan no invierte, el resto sí: ¿Por qué?


Son tantas las lecciones que la Guinness Cup ha dado a este nuevo  y viejo Milan de Filippo Inzaghi. La primera, la más dura de sacar fuera, es la relativa a los pocos jugadores a disposición del entrenador rossonero. En los tres partidos disputados en USA, el equipo ha mostrado su peor lado. Como escusa parcial son las grandes cargas de trabajo efectuados pero también con las piernas un tanto empacadas, pero un mínimo de orgullo (pocos lo han demostrado) vistiendo la camiseta del Milan, bien poco se ha visto esto. El fútbol de agosto es una especie de mapa de fuego. Hace falta corregir ciertas lagunas que, al mismo tiempo, se evidencian por las pruebas efectuadas con equipos que van más adelantados en preparación atlética. Pero también si las segundas líneas de Manchester City y en parte, Liverpool te meten en problemas; es que algo no funciona:
Pippo lo sabe bien, públicamente intenta externalizar calma y analiza los pocos puntos positivos ofrecidos por esta desastrosa, al menos sobre el campo, viaje americano. Cuando se cierra en el vestuario, con sus colaboradores, los tonos suben porque también él ha notado que algo no funciona. Y parece que el plan de instalación de valores del viejo Milan en las mentes de estos jugadores es un proceso muy, pero que muy complicado. Inzaghi se está dejando el alma, es un caballo salvaje que salta a derecha y a izquierda para buscar enhebrar un hilo que espera conseguir antes del 31 de agosto. Pero el material con el que trabaja es este, debido a las precedentes gestiones técnicas (es justo recordarlo) y sobre todo, hay una pobreza técnica realmente embarazosa, sobre todo en el centro del campo donde solo Cristante, en espera de Montolivo, representa el único jugador capaz de darle sentido al juego.
Lo preocupante, que quizás no todos los jugadores del Milan comprenden, es la terrible imagen que están dando. Incluyendo la diferencia horaria, las críticas de los hinchas han llegado a los Estados Unidos de manera algo más mitigada con respecto a la realidad italiana. Los perfiles de los jugadores, los periodistas que siguen al Milan de manera diaria y también los del club, han sido asaltados por la rabia de los hinchas milanistas, cansados de las malas prestaciones y de la constante pérdida de imagen a nivel deportivo, de un club que antes, era considerado como punto de referencia por todos los clubes del mundo. Ahora ya no es así y también los ricos torneos al otro lado del océano arriesgan, a partir del próximo año, de dejar de ser bendecidos viendo que los organizadores quieren ver partidos más combatidos y no espectaculares de vista, como los vistos por el Milan ante Olympiacos, City y Liverpool. La campana de alarma, bajo este punto de vista, ha llegado a sonar hasta en Via Aldo Rossi, área comercial donde el input de los hinchas han sido recibidos de manera fuerte y clara. ¿Qué lleva a todo esto? Que los hinchas no se abonan. Y San Siro arriesga, seriamente, de ser un teatro privado de espectadores, con unos pocos aficionados y con la tribuna de prensa que, paradójicamente, arriesga a ser el sector más poblado del estadio.
Luego hablar de mercado, es cada vez más difícil. El Milan no puede gastar dinero si antes no equilibra la montaña de salarios. El clásico lema de "si no se va nadie no llega nadie" ahora es la pura realidad de los hechos. El inicio del final comenzó en la segunda mitad del primer decenio en el siglo XXI. El Milan, a pesar de mantener a sus campeones, hizo subir de manera alarmante los salarios. Tras el ejercicio de 2006, cerrado en activo por el traspaso de Sheva al Chelsea que generó una gran plusvalía, lo que más gravó sobre el balance milanista fue lo relativo al coste del personal que tocó unas puntas tan altas que se saldó en 2009 con el traspaso de Kakà al Real Madrid y, sucesivamente, en 2012 con el doble traspaso de Thiago Silva e Ibra al PSG. En esos años se llegó a tal punto que el 91% de la facturación neta estaba dedicada al pago del salario de los jugadores. Hoy, el porcentaje ha descendido de manera importante, pero no de manera tan clara como para permitir al Milan de volver a operar de manera directa sobre el mercado. Para un análisis más profundo del asunto, pinchar AQUÍ (pronto lo traduciré a español en este blog) para consultar el artículo de los amigos de Milan7 sobre este asunto.
Fuente: Pietro Mazzara (Milannews.it)

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